17 mar 2012

Mi almohada





Si mi almohada tuviera vida me querría más que a nadie, en el día
ni quien se acuerde de ella, está siempre en un solo lugar,
llenando un hueco o simplemente en su lugar.
Pero en las noches esa inerte funda con relleno recobra vida. 
Si tuviera vida no la soltaría, ella cada noche me acompaña a seguir soñando, es suave, es larga es blanca, ella es testigo de mis sueños
más profundos que jamás alguien sabrá.

Sólo ella y yo seremos cómplices de mis secretos. No todo se podrá decir, pero el sentimiento que guardo en mí queda plasmado cada noche en ella. Porque siente el amor que quise un día entregar,

pero mis miedos me separaron de lo que deseaba tener. 
Si mi almohada pudiera ver, no dejaría de mirar al cielo por esa rendija
que me gusta dejar cada noche solo para ver los rayos de luna
que se infiltran por la ventana que queda a un lado de mi cama.
Si mi almohada oyera, escucharía mis palabras de buenas noches amor y muchos besos demostrando lo que aún siento por alguien que ya no está a mi lado, y los llantos que muy pocas veces me han dejado
y despertado algunos sueños agobiantes pero a veces incomprensibles.
Si mi almohada tuviera brazos, estoy segura que muchas noches me abrazaría, pero me conformo con su suavidad que imagino es la ternura
que me puede dar.

Pero no me estoy volviendo loca, solo agradezco a la imaginación, al sentido del tacto y a mis sentimientos que hasta a un pequeño pedazo de tela le pueda entregar tanto cariño, solo por ser mi compañera de cada noche.


Y a tí que puedes estar leyendo esta locura que salió de mi corazón te digo, cada noche alguien te acompaña aunque te sientas sólo...



13 mar 2012

Construir nuestros sueños


Si nuestros sueños se hicieran realidad...
¿Cómo sería nuestra vida en la actualidad?
En el fondo del corazón, todos soñamos, todos creemos que tenemos un don, que podemos ofrecer algo especial, que podemos amar de una manera única, que podemos comunicarnos y entendernos con los demás de un modo muy singular, que podemos mejorar este mundo.
Entonces... Sigamos confiados y poniendo todo para lograr lo que queremos en la vida. Mantengamos vivas las aspiraciones y no dejemos todo en manos del destino.
Hagamos nuestra parte del trabajo construyendo sobre los sueños, avanzando sobre las aspiraciones, sabiendo que los logros necesitan de mucho esfuerzo, de coraje, de tiempo, de aciertos y errores, de tristezas, de alegrías y esencialmente de la fe, que es ese llamado interior que te sacude y te levanta cuando bajo cualquier excusa comienzas a renunciar.

Pide un deseo




Si me dijeran pide un deseo,
pediría uno muy grande que incluye muchos deseos a la vez...
  • Elegiría enfermarme de niñez y que esa enfermedad se contagiara con solo respirar.
  • Elegiría olvidar las Matemáticas, la Geografía y la Historia para no saber cuanto tengo, mido o peso, qué es una frontera y lo que alguien hizo ayer.
  • Elegiría ser daltónico al color de la piel, sordo a las voces que no vengan del corazón, e insensible a los piquetes del orgullo.
  • Elegiría ser alérgico a los halagos, a la ambición, al miedo y al sufrimiento.
  • Elegiría perder el juicio, esperando así perder también el prejuicio y sus perjuicios.
  • Elegiría poseer un unicornio, ser amigo de un hada y confidente de un duende, para aprender de los que son diferentes a mí.
  • Elegiría amar más y pensar menos (y que esto también fuera contagioso).
  • Elegiría más flores y menos joyas, más abrazos y menos palabras, más fogatas y menos metralletas, más noches serenas y menos rencores, más pasos andados a dúo y menos prisas solitarias, más tardes compartidas en silencio y menos teléfonos, más canciones y menos angustias.
Si me dijeran pide un deseo, elegiría no volver a desear
 y aprender a ser feliz con lo que soy y lo que tengo...

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